Las 10 reglas para crear un dramón seriéfilo

Las series enganchan. Son pura adicción y también tienen sus componentes, no siempre químicos.

 

En Nokton somos seriéfilas hasta la médula, adictas y frikis de las series y, después de empaparnos mucho de los dramas que triunfan en la televisión hemos decidido hacer una lista de las 10 reglas para crear una serie-dramón como dios manda. Aquí van:

¡Atención, contiene spoilers!

Regla 1: El antihéroe

Este personaje será un hombre de mediana edad con una vida silenciosa y algo decepcionante, con hijos, mujer y muchos problemas que no le dejan vivir tranquilo. Ahora mismo, con la crisis económica como telón de fondo tenemos un amplio abanico de posibilidades para meter a nuestro antihéroe en problemas. Tony Soprano, Don Draper o Walter White son ejemplos perfectos.

No pueden faltar: problemas de salud, un pasado algo turbio (ya sea en la infancia o en su juventud), un buen trabajo, una mujer e imprescindible, un secreto.

Regla 2: la familia

Todos lo sabemos pero no lo queremos admitir, lo que engancha de este tipo de series son los dramas familiares al más puro estilo telenovelesco (Downton Abbey, Game of thrones, Los Tudor, The Americans…). Hay a menudo un cónyuge que sirve como conciencia de la serie (Carmela Soprano, Skyler White, Betty y Megan Draper, Jessica Brody), una hija adolescente problemática y un hijo que está ahí pero que, en realidad, no hace mucho. Además, para magnificar el sentido que el antihéroe tiene de la familia uno de los hijos tiene que tener algún problema de salud, como por ejemplo en Sons of anarchy el hijo de Jax nace con un defecto en el corazón y el hijo de Walter en Breaking Bad tiene parálisis cerebral.

mad men

Regla 3: Sitúa tu serie en un período importante de la historia

Deja que tu protagonista encarne algunos cambios históricos como la ley seca en Boardwak Empire o los años sesenta en Madison Avenue. Esto le da a la serie un marco en el que crecer y la sensación de que el mundo está cambiando.

Regla 4: Mentor o progenitor

Casi todas las buenas series de televisión tienen un conflicto generacional con el que potencian el drama de la ficción. Ya sea en Madison Avenue (Don y Peggy), en Homeland (Carrie y Saul) o incluso en Breaking bad (Jesse y Walter).

Regla 5: Añade un enemigo con sus propios problemas

Ya tienes un anti-héroe brillante, ahora crear a un villano es igual de complejo y potencialmente aún más difícil. Piensa en oponentes desagradables, como Pete Campbell en Mad Men, Clay Morrow  en Sons of anarchy o Nelson Van Alden en Boarwak Empire. También pueden ser tipos medio decentes como Hank Schraeder en Breaking Bad. Los mejores villanos a menudo se convierten en los personajes favoritos de los fans y por lo que se desarrolla una especie de Síndrome de Estocolmo.

Regla 6: Drogas

El comercio de sustancias ilícitas es una de las metáforas más duraderas de la televisión para el capitalismo estadounidense y muchos dramas giran en torno a una droga, ya sea alcohol (Boardwalk Empire), la metanfetamina (Breaking Bad), o el crack (The Wire). Esto permite que haya capítulos cargados de tensión y con terribles consecuencias para todos los personajes.

Walter White

Regla 7: Sexo

No hay mucho que decir, es un reclamo y se puede utilizar muy bien o si no que se lo digan a los creadores de Game of thrones, a la mínima puedes ver un desnudo o varios a la vez. Otra serie de la que aprender en cuanto a materia sexual es True Blood, los vampiros saben cómo hacer del sexo la mejor publicidad.

true blood

Regla 8: Una historia de violencia

Lo vamos a resumir así: si no hay sangre la serie no nos gusta. Algunas escenas permanecerán para siempre en nuestra memoria: como la decapitación más famosa de GoT, el pie cortado por una segadora en Mad Men o el momento en el que Gus Fring le corta a Víctor la garganta en Breaking Bad.

Regla 9: El piloto

El piloto de una serie debe ser muy bueno y hay ciertas cosas que consideramos imprescindibles para que eso ocurra: un problema de salud, un cadáver, una escena de una fiesta, una enorme explosión (o pequeña si no tenemos pasta) y por último, algo con lo que se demuestre que nuestro antihéroe es la persona más inteligente de la pantalla.

Regla 10: Nunca te olvides de la comedia

Los gags también se pueden utilizar en los dramas para suavizar un poco la acción y que no haya tanta carga emocional.

Sigue las reglas anteriores y las cosas se pondrán complicadas en un momento.

Fotos: AMC/ HBO.